lunes, 7 de diciembre de 2009

Olor a Yerba

Respiro díadas de guitarras españolas con beats del tabaco, vivo el perfume de un café que no llega, veo que la sonrisa de otros, no logra pegar la mía, que la noche sigue sin mí y que deambulo por la ciudad.

Caminar por caminar, no es igual a llegar, sólo es un esfuerzo a suspirar un poco más la yerba que no viene, la dulce droga que hace olvidar un poco, el intempestuoso hedor que transforma al adicto a tiempo antes que un beso.

Llora el viento contra la piel, perderse es una rutina imposible, siempre encuentras a alguien tan patético como un parque repleto de amantes de una noche, de amor eterno que solo es una casualidad, la lluvia ni les moja ni les incomoda.

Ellos son sólo el encuentro de una velada que llamaran perfecta y el solitario, permanecerá quieto, sentado ilusionándose por la dulce yerba. Así brindo yo

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