sábado, 24 de octubre de 2009

Presente continuo en mente de más de uno

Luego de haber comprendido que el encuentro de aquella noche se perdería en el olvido, se le ocurrió besar a la chica sin que ella lo notará. Era un beso de fuego, de recién tontería que no supiera más que a pureza, a crudez, a belleza. Y no lo notaría pues jamás hubiera contacto labio a cuerpo.

Era un imaginado, un robado, un sueño prestado. Ante la pregunta de un recuerdo, él no supo ver más allá y se fue con la gravedad hacia donde el hubiera se resguarda del daño, Tonto de mí, pensó.

Y con esto último la imaginación volvió, la tomó de la mano, le rogó con la impaciencia de un niño en navidad que no se fuera, que esperara, que algo, no sabía que, pero algo sucedería. Ella espero, espero y despues de un rato volió a esperar.

Nada sucedía, nada sucedió, la frustracción se fue con ella, él tranquilo ante lo que sabía, se recrudeció en tormento.

De esto ha pasado menos tiempo del que me tomó escribirlo, pero es presente continúo y por ahí se va el río de los ojos, por no evidenciar los huracanes vientos del norte por la nariz.

Y esto sucede, sucede en mi mente del pasado.

1 comentario:

  1. Hola David, aunque no reviso seguido el blog, te aviso que me gusta leerte, házlo, tienes un habilidad nata, aprovéchala y dedícate a escibir más.

    Saludos

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