Mañana sirven café en el parador de siempre, llegaré armado con traje de gala a verte con ese vestido que grita terrones de azúcar, mientras el sostén se desliza entre tus hombros. Mi vista padecerá el efecto del aparador, suspiraré imposibles al tener límites para adquirir tu amor.
Será mi mano la que acaricie sutilmente tu brazo desnudo, mas no podré fingir que es primavera, nuestros ojos se encontrarán, las risas nerviosas serán tormenta, dos o tres palabras sin sentido, nunca más sin imaginarte.
Somos café molecular, indivisible por la química de la atracción, aroma suave, torso entero, sabor de reyes a precio de jornaleros.
Sólo quiero tomar un café contigo, droga legal, acidez en el cuerpo, diurético natural a la falsedad de nuestras razones.
Y nunca más pretextar que sólo fui por un café...
Pero te vi
David Almaraz
15 de Abril de 2009
David Almaraz
15 de Abril de 2009

No hay comentarios:
Publicar un comentario